Un cantante poco conocido, una guitarra y un amplificador. Una sala pequeña de una ciudad de provincias. Nada hacía presagiar lo que iba a pasar esta noche en la Sala Black Bird cuando Jesse Dee subió al escenario para enfrentarse al centenar y medio de espectadores que esperaban el inicio del concierto.
Pero el chaval de Boston de pelo imposible no dió tiempo a que nadie dudara si merecía o no pagar la entrada.
Desde el principio quiso dejar muy claro que no iba a ser una noche más. Con unos registros al alcance de pocos (y menos con los tiempos que corren), y con un dominio de la guitarra increible Jesse Dee fue metiéndose en el bolsillo desde el principio a los que nos habíamos acercado a la calle Vista Alegre.
Una voz de negro en el cuerpo de un chico blanco, un estilo próximo a glorias del soul y del R&B, sonido analógico en plena era digital. Así es el nuevo hallazgo de Javi Palacios y la gente de Delfuego, que ya nos habían sorprendido con figuras de la talla de Sharon Jones o Eli Paperboy Reed en el San Miguel In Festival, pero que han dado una vuelta de tuerca en el buen gusto musical con este chico de apariencia tímida y apocada.
El viernes nueva oportunidad para ver uno de los conciertos de la temporada (esta vez acompañado de The Soul Sultans Band). Lo malo es que para disfrutarlo habrá que coger el coche, porque actúa en la Sala Fever de Bilbao a partir de las 22:00 horas (12 euros en anticipada / 15 euros en taquilla).
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